Con la llegada del buen clima y las temperaturas agradables reaparece el eterno problema de la falta de conciencia de los tenedores de mascotas (sobre todo caninos) que llevan a los mismos a la zona de playa, sin tomar en cuenta ni los riesgos que esta actitud entraña ni los inconvenientes que los perros causan a los bañistas y a quienes pretenden disfrutar de un momento de esparcimiento en la costa madrynense.
La Dirección de Veterinaria y Zoonosis dependiente de la Secretaría de Gobierno y Trabajo de la Municipalidad de Puerto Madryn recorrió en la víspera la zona de playas y el resultado fue el labrado de un acta de infracción por un perro potencialmente peligroso; la captura de dos animales; cinco actas de constatación y diez avisos verbales.
Lamentablemente el mayor inconveniente se presenta con aquellos propietarios de perros que se molestan cuando se les llama la atención y se les recuerda que existe legislación que en forma taxativa prohíbe la circulación y permanencia de canes por dicha zona. Algo similar acontece con el uso del bozal en el caso de los denominados perros potencialmente peligrosos.
Esta falta de conciencia tiene, evidentemente un fuerte componente educativo, ya que pareciera que se trata de una pauta cultural, concurrir con perros a la playa lo que abre la posibilidad a potenciales incidentes (que podrían tener una gravedad impredecible) y a la molestia constante del resto de los usuarios de la playa.

CAMPAÑA DE CONTROL
En otro orden se indicó que el pasado viernes continuó la Campaña de Control de la Población Canina, con jornadas de aplicación de medicación antisárnico y antiparasitario a mascotas (tareas gratuitas) en el Barrio San Miguel. Volverá a desarrollarse en próximo lunes 10 del mes en curso.
La jornada tiene lugar en la plaza de ese barrio, de 09.30 a 11.30 horas. En la primera de las jornadas concurrieron 92 propietarios con un total de 103 animales; el viernes fueron 59 propietarios con 95 animales siendo dable destacar que en esta oportunidad sólo concurrieron 41 propietarios que debían darle la segunda dosis del antisárnico a sus mascotas, lo que atenta contra el tratamiento.